martes, noviembre 21, 2006

La grandeza de la vida ordinaria

El mensaje del Opus Dei ayuda a descubrir a Dios. Él nos acompaña en el trabajo y en el descanso, en la familia y entre los amigos. Vea este vídeo, en el que personas de los cinco continentes narran cómo encuentran y tratan a Dios en su vida diaria.

domingo, noviembre 12, 2006

Ataques a las misiones

MOZAMBIQUE

El 6 de noviembre fueron asesinados en la región de Tete (Mozambique) el jesuita brasileño P. Waldyr dos Santos y la voluntaria portuguesa Idalina Neto, de la Asociación Laicos para el Desarrollo. Es el quinto ataque a una misión católica que se produce en la región de Tete en lo que va de año.

Niños de la calle o zabbaleen atendidos
por una misionera en un barrio de El Cairo

El jesuita brasileño de 69 años, P. Waldyr dos Santos, y la voluntaria de la asociación portuguesa “Laicos para el Desarrollo” Idalina Neto Gomes, de 30 años, fueron asesinados el 6 de noviembre, de madrugada, en Angonia, en la provincia mozambiqueña de Tete. Muy temprano por la mañana, un grupo de hombres armados entró en la residencia de los jesuitas sorprendiendo a los misioneros en sus habitaciones. Cuando los asaltantes pidieron dinero, el P. Waldyr dos Santos se resistió y, sin mediar palabra, los asaltantes dispararon contra él causándole la muerte e hiriendo a otros dos misioneros: el P. Mario de Almeida, también brasileño, y el Hno. José Araújo de Andrade, mozambiqueño de 76 años. Acto seguido, los bandidos se dieron a la fuga.

En la misión se encontraban también algunos voluntarios de la asociación portuguesa “Laicos para el Desarrollo”. Idalina Neto, una laica de esta asociación, intentó huir, momento en el que uno de los asaltantes la agredió con un cuchillo, causándole también la muerte. Cuando llegó la policía, los bandidos ya se habían ido llevándose dinero en metálico y uno de los vehículos de la comunidad.

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos difundió un comunicado del P. Carlos Giovanni Salomão, superior regional de los Jesuitas en Mozambique, en el que afirma que “es justo aclarar que la muerte del P. Waldyr y de Idalina no se trató de ninguna manera de un ajuste de cuentas, como han dado a entender algunos medios de comunicación. Se trató de un acto brutal dirigido a intimidar y desestabilizar las instituciones religiosas en la provincia de Tete, y específicamente las obras que la Compañía de Jesús está desarrollando a favor de la población de Angonia, sobre todo en el terreno de la evangelización, de la educación, de la salud y de los proyectos sociales que se orientan al desarrollo y al bienestar de esa población que tanto ha sufrido”.

El P. Carlos Giovanni Salomão recuerda que “la Compañía de Jesús tiene una larga historia de comunión con la población del altiplano de Angonia, alternando momentos de profunda alegría con otros de profunda tristeza. Siempre nos hemos preocupado de conservar la fidelidad y el respeto por la cultura de la población local. Es justo afirmar que los cristianos siempre han reconocido y correspondido en todo momento a nuestras intervenciones”. “Así, añade el superior de los jesuitas, no nos dejaremos intimidar por un acto cobarde y violento”. Y solicita: “a todos que colaboren con el Gobierno de la República de Mozambique para detener esta oleada de violencia que devasta el país”.

Solamente en la provincia de Tete, se han producido este año cinco ataques contra casas e instituciones religiosas. Además de los jesuitas, han sido asaltados y atacados los misioneros combonianos y las Hermanas de San Vicente de Paúl, aunque en los ataques anteriores no se había tenido que lamentar ninguna muerte.

Para el P. Carlos, “hay una pregunta que preocupa a nuestros corazones y es el porqué de esta violencia contra los religiosos sólo en esta provincia”. El comunicado concluye con la esperanza de que “la sangre del P. Waldyr y de Idalina ayude a producir frutos espirituales que sólo Dios Padre puede hacer brotar con su inmensa generosidad y misericordia”.

EL DON DE LA EUCARISTÍA - Testimonio del año 155

Me parece importante que tengáis a mano, queridos lectores de la Hoja Diocesana “Pueblo de Dios”, el precioso testimonio que san Justino, mártir, nos da del desarrollo de la celebración Eucarística ya en el año 155 de nuestra era. Dice así:

“El día llamado del sol los cristianos, en el campo o en la ciudad, se reúnen en un mismo lugar. Se leen las memorias de los apóstoles y los escritos de los profetas, siempre que el tiempo lo permita. Cuando el lector ha acabado de leer, el que preside toma la palabra exhortando a imitar esos hermosos relatos que se han leído. [El obispo o el sacerdote que presidía la celebración ya hacía en ese tiempo una homilía].

Después nos ponemos de pie y hacemos plegarias de intercesión por nosotros, por los demás, estén presentes o ausentes, para que lleguemos a ser santos en nuestra vida y fieles a los mandamientos del Señor, con el fin de obtener, de este modo, la vida eterna. Concluidas las oraciones nos damos le “beso de la paz”. [El abrazo o “beso” de paz existía ya en el año 155. Entre los ortodoxos se ha practica tal cual después de la plegaria universal, mientras que entre los católicos se practica justo antes de la comunión].

Posteriormente se lleva al que preside un poco de pan y una copa de vino mezclado con agua. Los toma en sus manos y dirige una plegaria de alabanza a Dios Padre, en nombre de su Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, y hace una gran plegaria de acción de gracias (llamada en griego eucharistian). [Se trata de la plegaria Eucarística que sigue al santus de la Misa y llega hasta la oración del Padre Nuestro].

Cuando el que preside ha terminado las oraciones y la plegaria de acción de gracias, todo el pueblo presente aclama a Dios diciendo: Amén. Cuando el que preside ha terminado la acción de gracias y el pueblo ha respondido, los diáconos distribuyen a todos los presentes el pan y el vino de la Eucaristía y lo llevan a los ausentes, a los enfermos.

Quienes son ricos y quieren, dan de sus bienes según su propio criterio. Lo que se recoge se entrega a quien preside la celebración para que lo haga llegar a los huérfanos y a las viudas, a los enfermos, a los que no tienen recursos para vivir, a los prisioneros, inmigrantes y, en una palabra, a quienes son pobres y necesitan ayuda”.

Y concluye san Justino diciendo: “Porque este pan y este vino han sido ‘eucaristificados’ llamamos a esta comida Eucaristía y nadie puede tomar parte de ella si no tiene nuestra fe, si no ha recibido el baño del bautismo para la remisión de los pecados y si no cumple los mandamientos del Señor”.

Hasta aquí el relato de san Justino describiendo cómo se desarrollaba la celebración de la santa Misa ya en el año 155. Las palabras de Jesús Haced esto en memoria mía, se han perpetuado a través de los siglos. La Eucaristía es también una celebración en la fidelidad al amor del Señor. Nadie es dueño de la Eucaristía, ni debe celebrarla cambiando lo que quiera. Es un don recibido. Ojalá sepamos participar en ella con la misma fe, la misma entrega y la misma preparación y disposición con la que han participado todos los santos a lo largo de los siglos.

Con mi afecto y bendición ,
+ Juan José Omella Omella
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

viernes, noviembre 10, 2006

Endiosamiento del deseo


Sobre la Ley de Identidad de Género

Monseñor Jose Ignacio Munilla

Esta semana ha sido aprobada en el Congreso de Diputados la “Ley de Identidad de Género”. El Gobierno español, en poco más de dos años, ha puesto en marcha una amplia batería de iniciativas contrarias a la propia naturaleza humana: cambio del concepto de matrimonio, adopción de niños por parejas homosexuales, desprotección del ser humano en su fase embrionaria, restricción en la práctica del derecho de los padres a educar a sus hijos… y, ahora, la Ley de Identidad de Género. Por lo visto, eso de que tengamos que ser hombres o mujeres por naturaleza, ahora se entiende como una imposición inadmisible, y en adelante el ciudadano podrá ejercer el derecho de elegir libremente su sexo.

Esta nueva ley resulta tan sorprendente y extraña para la mayor parte de la población, que posiblemente sea ignorada o reducida al comentario cómico e irónico. Sin embargo, nos equivocaríamos si no le prestásemos la debida atención. Esto, a pesar de las apariencias, no es ninguna broma, sino un paso más en la implacable puesta en práctica de la llamada “ideología de género”.

1.- ¿Mera respuesta a una demanda social o política activa? Las políticas liberales suelen autojustificarse con el argumento de que se limitan a dar un marco legal a las demandas sociales existentes. Pero la historia reciente del divorcio y el aborto nos ha enseñado más bien lo contrario:

En vísperas de la introducción de la ley del divorcio en España, en 1981, el entonces Ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez, afirmó sin titubeos que “medio millón de parejas esperaban esa ley como agua de mayo para formalizar la ruptura de sus matrimonios”. Afortunadamente, cometió un pequeño error de cálculo. El número total de las parejas que solicitó el divorcio en los dos años posteriores a la aprobación de la ley, no llegó al 7% de sus pronósticos.

En 1985 se despenalizaba la “interrupción del embarazo”, con un argumento similar. Había que dar un marco legal a los 300.000 abortos anuales que se calculaban se estaban realizando en la clandestinidad. Sin embargo, al año siguiente de la despenalización se registraron tan solo 467 abortos legales.

Eso sí, a partir de ahí, el aborto y el divorcio no han hecho sino crecer en España, hasta superar los 80.000 abortos y las 87.000 demandas de divorcios del año pasado. Paradojas de la vida, aquellos datos ofrecidos a la opinión pública como estimaciones de una realidad falseada, acabaron siendo más bien vaticinios de la degradación moral que esas leyes iban a promover. Lo cual demuestra que las políticas familiares no se limitan a dar marco legal a las realidades sociales con las que se encuentran, sino que las generan activamente.

Pues bien, la historia se repite, y el número de parejas homosexuales que solicitan el matrimonio o de transexuales que vayan a inscribir en el Registro Civil su cambio de sexo, en el momento actual es insignificante. La ley actual, ¿da solución a un problema o, por el contrario, va a contribuir a que se genere?

2º.- ¿Esto nos afecta en la práctica? Muchos pueden pensar que estamos ante una iniciativa tan excéntrica, que difícilmente va a tener incidencia en nuestras vidas. Pero, por desgracia, la experiencia nos dice que se equivocan.

Una de las consecuencias más rápidas y notorias que tendrá la actual disposición (al igual que ha ocurrido con el llamado “matrimonio” homosexual), es que los contenidos de las asignaturas cursadas por los niños españoles serán revisados para adecuarse a la nueva legislación. Al niño se le instruirá en que, como ciudadano español, puede casarse indistintamente con un hombre o una mujer; y que, igualmente, puede aceptar la condición sexual con la que ha nacido o cambiarla, si no se siente a gusto con ella. La consecuencia será que el niño se connaturalice con unas propuestas totalmente extrañas a la educación que se le trasmite en el seno de la familia. En la práctica, será un gravísimo obstáculo para que los padres puedan hacer valer su derecho constitucional de educar a los hijos conforme a sus principios y convicciones.


3º.- Al fondo está el endiosamiento del “deseo”: El centro de nuestra cultura secularizada, no es otro que el endiosamiento de la propia voluntad. Más exactamente, habríamos de decir, del “deseo” (que no es lo mismo que la voluntad, a decir verdad). Uno ya no tiene el sexo que tiene, sino el que quiere. ¡La naturaleza no es quién para imponerle a nuestra sacrosanta libertad el sexo con el que nacemos! A partir de ahora seremos nosotros mismos los que “fabriquemos la realidad” a nuestra medida, cuando ésta no responda a nuestras expectativas. Ni que decir tiene que será totalmente rechazado cualquier intento de educar y adecuar nuestros sentimientos y deseos en conformidad a la naturaleza. ¡Esto sería percibido como la reedición de la inquisición en nuestros días! Llegamos así a la tentación diabólica de los orígenes de la humanidad: “Seréis como dioses, conocedores (determinadores) del bien y del mal” (Génesis 3,5).

Sin embargo, paradójicamente, lo único que el “endiosamiento del deseo” no es capaz de conseguir es la felicidad. Los teóricos de la “Ideología de Género” han ignorado la objetividad de la naturaleza humana, pretendiendo moldearla cual si de chicle o plastilina se tratase. Por el contrario, y aquí está la paradoja: sólo alcanzan la felicidad aquellos que aceptan la realidad y se adecuan a ella. “La Verdad es la que nos hace libres” (Jn 8, 32), no nuestro deseo.
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